Mucha gente cree que, si medimos las respuestas de los cientos de tipos de altavoces de pequeño y medio porte utilizados en estudios de grabación, encontraremos resultados similares. Leyendo las afirmaciones de muchos de los fabricantes en su publicidad, cualquiera llegaría a la misma conclusión y, en muchos casos, tales publicaciones son probablemente lo único que los usuarios tendrán acceso como información del comportamiento de esos altavoces. Sin embargo, está hoy probado que los altavoces no miden todos lo mismo y que muchas de sus características sónicas pueden tener origen en diferencias de comportamiento mensurables.

En este momento existen seguramente cientos de tipos de altavoces de pequeño y medio porte siendo utilizados en estudios de grabación comercial. Mucha gente cree que si medimos su respuestas encontraremos resultados similares y que sus distintas formas de sonar se deben a formulas secretas del material que constituye el cono, a los componentes del divisor de frecuencia o otras razones algo más exotéricas. Leyendo las afirmaciones de muchos de los fabricantes en su publicidad, cualquiera llegaría a la misma conclusión y, en muchos casos, tales publicaciones son probablemente lo único que los usuarios tendrán acceso como información del comportamiento de esos altavoces. Normalmente, los fabricantes solo publican lo que quieren que se vea y por lo visto las tendencias van a seguir por ahí. Sin embargo, está hoy probado que los altavoces no miden todos lo mismo y que muchas de sus características sónicas pueden tener origen en diferencias de comportamiento mensurables.

Si observamos gráficos con la respuesta real de los altavoces desde varios puntos de vista, nos damos cuenta que hay mucha más información relevante de la que los fabricantes suelen querer que veamos en sus campañas de marketing. De esta crítica suelen defenderse con la excusa de haberse adaptado a las formas de la competencia y muchos de ellos llegan a afirmar que de no hacerlo sería un suicidio para su negocio. En justicia se podría decir que mientras siga existiendo este grado de ignorancia sobre el comportamiento de los altavoces en el seno de la industria profesional, quizás los fabricantes puedan reivindicar ese derecho a competir en igualdad de circunstancias y términos, incluso si estos términos son totalmente irrelevantes para los usuarios.

Debo admitir mi más absoluta sorpresa, cuando, entrevistando algunos de los más respetados ingenieros de grabación (mientras preparaba un artículo para la Studio Sound de agosto del 2001) descubrí, no solo, lo poco que sabían de altavoces, pero también lo poco que les interesaba saber lo que pasaba dentro de ellos. Parecían exclusivamente preocupados en saber cuales les ayudaban o no, a la hora de tomar las decisiones importantes durante sus sesiones de grabación o mezcla. En realidad parecían totalmente desinteresados del tema y ni siquiera les atraía el misterio que habitualmente le rodea. El problema es lo poco que esto aporta a los diseñadores de altavoces a la vez que el marketing agresivo tampoco ayuda a evolucionar la comprensión de los usuarios.

Marketing:

Más chocante todavía es escuchar a investigadores de varias fábricas de altavoces decir que a menudo reciben instrucciones de sus jefes, con vista a una nueva línea de producto, en la que la calidad sonora aparece en cuarto o en quinto lugar en el orden de prioridades. Parece ser que una deducción de cien euros por pareja en relación a un modelo de la competencia, junto al echo de sonar más alto y ser atractivo estéticamente en las fotos, son puntos cotizados más favorablemente que la calidad sonora, por la gran mayoría de los vendedores/técnicos de marketing, en esta industria de grabación, supuestamente profesional.

También se nota una acentuada tendencia a crear altavoces que hagan sonar bien casi todo lo que reproducen. Es obvio que, en la actualidad, la industria de fabricación de equipos de grabación es enorme y su supervivencia, con tales características, requiere una masificación de los productos. La mayoría de las ventas se hacen a gente con escasa experiencia profesional, por lo que venderles un altavoz que enaltezca el resultado de sus grabaciones ayuda a venderles otros equipos posteriormente. Después de todo, si el mercado se diera cuenta que, en esas circunstancias, no es fácil llegar al nivel de los grandes estudios profesionales, disminuiría de envergadura y sus ventas empezarían a remitir. Aunque parezca cínico lo que acabo de escribir, mi deseo es que lo fuera, pero desgraciadamente la situación es real y se sigue basando en mitos e ignorancia.

Aún así y a pesar de esta niebla de confusión, muchos ingenieros, productores y músicos han sido capaces de encontrar soluciones comunes que sin ser conducidas por conceptos técnicos, han dejado testigos sónicos muy claros. Observemos la Figura 1. ¿Cuantos usuarios de Auratone y NS10 se habían dado cuenta de la similitud de sus respuestas en frecuencia (por lo menos por debajo de los 6kHz) o de las enormes diferencias de estas con las de muchos otros altavoces? Los gráficos en cascada de la Figura 2, que muestran la amplitud de presión en función del tiempo y de la frecuencia son también muy parecidos, así como las respuestas de impulso de la Figura 3, lo que demuestra que esta similitud no es pura casualidad.El tiempo Estas son respuestas en la cámara anecoica y es visible que en el dominio de la frecuencia no son planas. Técnicamente parecen erradas pero a muchos usuarios le han parecido sónicamente correctas. ¿Cómo puede ser? La Figura 4 enseña los gráficos en cascada y de impulso de un muy conocido altavoz que presenta una respuesta en cámara anecoica bastante plana, pero nótese que como resultado de las técnicas empleadas para mantenerla, la respuesta temporal presenta una resonancia en las frecuencias más bajas. Volveremos a este tema un poco más adelante.

El tiempo

La respuesta correcta:

Consideremos primero las implicaciones de la Figura 5. La línea continua muestra una predicción de la respuesta de un altavoz como una NS10 en condiciones anecoicas (Free Field).

La línea discontinuada predice sus respuestas, si lo empotramos en la pared. Si se le coloca junto a una superficie reflectante, como puede ser el tope del puente de medida de una consola de mezclas de las grandes, la respuesta sería también del estilo de la de la línea discontinuada. La Figura 6 muestra la respuesta de un NS10 sobre el puente de una mesa en un ambiente real de un estudio.La comparación de las respuestas del NS10 en las Figuras 1 y 6 muestra que la Figura 5 no es una mera predicción. Las irregularidades en la respuesta de la Figura 6 se deben a reflexiones en el panel superior de la consola (que no serían evidentes si los altavoces estuviesen empotrados en la pared) y ocurrirían con cualquiera altavoz que fuera colocado en esa misma posición. Sin duda esas reflexiones suelen causar irregularidades pero la tendencia a una respuesta más plana en términos generales también queda bien patente.

El gran significado de todo esto es que si un altavoz que tuviese una respuesta plana en cámara anecoica fuese colocado en una posición similar, también exhibiría modificaciones en su respuesta y tendía a producir exceso de bajos. Esta es la razón por la cual muchos de los monitores activos vienen con ajustes de baja frecuencia, acompañados de recomendaciones según para que colocación. Con altavoces de crossover pasivo, esta flexibilidad de la corrección de la respuesta, quizás solo se puede conseguir a través de ecualizadores externos, pero no es una solución muy práctica. Incorporar a un conmutador de bajos en un diseño activo por unos centavos es tarea relativamente fácil, mientras que instalar un ecualizador con la transparencia sónica necesaria para una monitorizado de calidad, puede llegar a ser más caro que los mismos altavoces. Obviamente esto desaconseja su uso, ya que la utilización de un ecualizador barato, con un sonido característico, sería una elección absurda si la intención es mantener la precisión.

Como resultado vemos altavoces colocados en posiciones físicamente prácticas pero que no ayudan a regenerar una respuesta en frecuencia plana y habitualmente no se toman medidas posteriores para optimizarla. Por ejemplo una NS10 responderá lo más plano posible, en términos de banda ancha, cuando montada en el puente de una consola de tamaño considerable pero el filtrado de peine que genera a consecuencia de las reflexiones provocadas por la superficie de control de la consola, destruirán la imagen estéreo y reducirán la transparencia y el espacio sónico (el efecto de las reflexiones se puede apreciar en las irregularidades de la respuesta en la Figura 6).El tiempo 3 Estos últimos dos aspectos podrían ser corregidos posicionando los altavoces por detrás de la consola, en pedestales, pero el apoyo a las bajas frecuencias se perdería y los bajos caerían más rápidamente. Ninguna situación es por tanto la ideal. En el caso del monitor sobre un pedestal podría ecualizarse con un ecualizador sónicamente neutral, ya que la caída de los bajos se debe a menor carga en el woofer. [Nótese que esto no es un problema con la respuesta de la sala, el cual no debemos intentar corregir por medio de un ecualizador]. Se trata de un problema de carga por la masa de aire del altavoz, que puede legítimamente ser ecualizado. En este caso el ecualizador corregiría la respuesta del altavoz tanto en términos de amplitud como de fase pero a expensas de reducirles su techo sonoro, por lo que asistiríamos a sobrecargas mucho antes de lo previsto. Por lo tanto esta no parece ser una solución útil.

El mejor camino sería diseñar altavoces con una respuesta a las frecuencias bajas lo bastante plana como para montarlos en pedestales. Los fabricantes de muchos de los pequeños monitores activos lo hacen cuando permiten conmutar entre distintas respuestas. Sin embargo, para evitar sobrecargas prematuras cuando sea necesaria la respuesta plana en condiciones anecoicas (Free Field) o para aumentar la presión acústica del altavoz sin que se destruya, cuando colocado en el puente de una consola intentan proteger el cono de movimientos excesivos ya sea utilizando cajas reflex en vez de cajas selladas o integrando filtros electrónicos de acentuada pendiente para cortar rápidamente la respuesta en el momento que alcanza el límite deseado para las bajas frecuencias. “Esto nos saca de la sartén y nos coloca directamente en el fuego”. Como tanto los tubos de sintonía como los filtros son resonadores, las mejores obtenidas para crear una respuesta más plana en frecuencia, solo se consiguen comprometiendo enormemente la precisión de la respuesta temporal. Son los tubos de sintonía y los filtros pasa altas a los que debemos atribuir la culpa de la excesiva respuesta temporal que se pueda apreciar con toda claridad en la Figura 4.

El gran engaño del tiempo:

Estos problemas parecen ser la causa de que frecuentemente los ingenieros de masterización observen que en algunas grabaciones que les llegan de estudios con gente de menos experta haya un ajuste incorrecto entre instrumentos reproductores de bajas frecuencias: por ejemplo el bajo y el bombo. Si un altavoz tiene una respuesta resonante en frecuencias bajas, añadirá esa resonancia a la respuesta del sonido de los instrumentos que reproduce. Esto puede no ser muy significativo con un instrumento ya por si resonante como el bajo eléctrico pero seguramente altera el carácter de la respuesta rápida y concisa de un bombo. La resonancia daría la impresión de que el bombo tendría más nivel en la mezcla del que realmente tenía y llevaría al ingeniero a dejar el bombo con menos nivel en relación al bajo. Durante el proceso de masterización poco o nada se puede hacer para rectificar la situación, ya que compresores y ecualizadores no pueden actuar en el bombo sin afectar el bajo. Quizás la única solución fuese volver a mezclar, con lo que eso significa en términos de tiempo y costes extras.

Por otro lado, una mezcla echa a través de Auratone o NS10, con su deficiente respuesta de bajos en condiciones anecoicas, podría resultar con demasiadas bajas frecuencias si los altavoces se encontrasen instalados en pedestales (debido a una respuesta parecida a de la Figura 1) o más o menos correcta si los altavoces estuviesen sobre el puente de la consola (a pesar de la menor claridad provocada por las reflexiones de la superficie de control). Sin embargo, en el caso de un supuesto exceso de bajas frecuencias por este motivo, la situación no seria desastrosa a la hora de masterizar. Si los instrumentos estuviesen equilibrados entre ellos, un simple proceso de ecualización (el inverso de lo que faltaba a los altavoces durante la mezcla) restituiría a la respuesta global las frecuencias que el personal de la mezcla creía que estaban presentes. Una deficiente respuesta a los transitorios es normalmente la causadora de la confusión de los operadores y los errores de mezcla que llegan a cometer son la mayoría de las veces imposibles de corregir con la ayuda de los procesadores conocidos con fecha de hoy.

De todo esto se dio cuenta todo una generación de ingenieros de grabación que a optado por el uso de Auratones, NS10 y unos cuantos más altavoces con tiempos rápidos de caída. Concluyeron que los altavoces con caída rápida han sido referencias más fiables que los altavoces con una respuesta en frecuencia súper plana en condiciones anecoicas y que exhiben a la vez tiempos de caída excesivamente largos. Como hemos dejado claro en el párrafo anterior, los errores de mezcla causados por fallos en la respuesta en frecuencia tienen normalmente remedio pero los que se deban a fallos en la respuesta temporal no lo tienen.

Las soluciones equivocadas:

Lo que también resulta frustrante es ver como algunos operadores de estudio menos informados han intentado llevar a cabo correcciones tales como conectar una etapa “sucia” (empalagosa) a las NS10 o las Auratone. Es cierto que esto puede aumentar subjetivamente la cantidad de bajos en la respuesta pero lo hace a costas de menos control (Damping) y de desajustes en la respuesta temporal de las varias frecuencias. En otras palabras, destrozando las características que típicamente definen un buen altavoz y le conceden utilidad. Esto fue lo que desencadenó la combinación QUAD 405 / NS10, presente en un dado momento, en tantos estudios del Reino Unido, la cual nunca me ha convencido personalmente por su pobre respuesta a los transitorios. Alan Douglas, el ingeniero galardonado con un Grammy por el album “Riding With The King de B.B. King y Eric Clapton, afirmaba en una de las entrevistas antes referidas que la combinación QUAD 405 / NS10 era algo con lo que no se sentía nada confortable. Sin embargo, con las mismas cajas y un Crown potente, por ejemplo, había obtenido muy buenos resultados. Debemos siempre tener en cuenta que muchos ingenieros de sonido no utilizan sus pantallas de trabajo para escuchar música en casa. Existe una línea muy definida que separa lo que necesitan para trabajar de lo que les gusta para el placer de escuchar música. Los altavoces que se destinan a monitores deben tener la capacidad de resaltar los fallos de una mezcla y no están para sonar bien por si mismos. Sin embargo, no quedan dudas que altavoces con sonido agradable se meten con más facilidad en el gran mercado semi-pro, y la mayoría de los fabricantes quieren vender lo más posible.

Parece, por eso, que muchos fabricantes que se dedican al mercado de la grabación musical, emplean demasiado esfuerzo en conseguir una respuesta en frecuencia lo más plana (o por lo menos en lo que se refiere a la amplitud que no a la fase) sin importarles que el tiempo de respuestas (la respuesta temporal) sea lo más corta posible. Esto puede resultar ya sea de un esquema de prioridad poco adecuado o simplemente porque una respuesta plana en condiciones anecoicas ayuda a vender más, ya que queda bien en un catálogo, mientras una respuesta temporal corta no parece causar impresión, quizás porque el 99% de los usuarios desconoce probablemente la existencia de tal parámetro y sus problemas. La subida y la caída ejemplares de la respuesta a los transitorios de una Auratone 5C, que se puede ver en la Figura 3b dejan en ridículo las respuestas temporales de una gran parte de altavoces de pequeño porte utilizados como monitores de sobremesa. Aunque muchas veces criticados por su pobre respuesta de graves, las NS10 y las Auratone tienen una respuesta temporal mucho más parecida a la de los tan venerados altavoces electrostáticos que a la de muchos monitores pequeños puestos en el mercado como monitores de campo cercano, por lo que no nos sorprende que mucha gente se haya encontrado a gusto trabajando con ellos (ver Figura 7).

Los fabricantes de altavoces harían un gran favor a la industria de grabación si se concentrasen esfuerzos en conseguir respuestas temporales más precisas y un poco menos en conseguir respuestas en frecuencia rigurosamente planas en condiciones anecoicas, cuanto menos porque los usuarios en su gran mayoría no poseen cámaras anecoicas donde utilizar sus altavoces.

Sea cual fuera la próxima fase de las modas de diseño de altavoces, la respuesta temporal característica de las NS10 y/o de las Auratone no se debería perder de vista. Si esto no se respeta, cualquier subsecuente movimiento de progreso será posiblemente acompañado del retroceso correspondiente, Lo que no solo sería lamentable como incluso un escándalo, ya que actualmente poseemos las pruebas que evidencian la importancia de una respuesta temporal con una caída rápida para un sistema sónicamente neutral2.

Las pruebas son muy extensas para que se publiquen aquí, pero mucho de todo esto está inmediatamente disponible en las siguientes referencias:

  • Philip R. Newell; Keith R. Holland; Julius P. Newell “The Yamaha NS10M: Twenty Years a Reference Monitor. Why?” Proceedings of the Institute of Acoustics, Vol 23, Part 8, pp29-40, (2001).
  • Philip R. Newell; Keith R. Holland; Peter Mapp; “The Perception of the Reception of a Deception” Proceedings of the Institute of Acoustics, Vol 24, Part 8, pp29-40, (2002).