Cuando te decidas a montar un estudio de grabación, o simplemente un control para grabar y mezclar tu música electrónica o una sala de mastering, hay unas cuantas cosas que deberás observar, para que la empresa no te parezca un infierno:

5 cosas a tener en cuenta para poder llegar a tener un buen estudio de grabación

1- Ubicación:

La ubicación de un estudio puede definir el mayor o menor éxito del mismo, por muchas y variadas razones: facilidad de acceso, facilidad de aparcamiento, facilidad de carga y descarga, proximidad de centros urbanos o todo lo contrario, para quienes buscan concentración y relax a la hora de grabar un álbum. La ubicación de un estudio define también, y en gran parte, el coste de la construcción. Un entorno ruidoso te obligará a invertir en un aislamiento más efectivo, para que puedas grabar a cualquier hora y en cualquier circunstancia de tráfico o climática.

De igual manera, un entorno muy tranquilo te obligará a un aislamiento responsable con relación a tus vecinos, para evitar conflictos o, incluso, que te echen del local y te cierren el negocio. Por eso, elegir una aldea para montar un estudio puede ser una buena idea, si la casa está lo suficientemente alejada de los vecinos más próximos, o si la casa está hecha de piedra de la gorda. Solo tienes que preocuparte con las ventanas puertas y tejado.

Un polígono industrial es otra buena ubicación, siempre que no te toque un almacén de camiones TIR al lado o una fábrica con maquinaria pesada de la que puede hacer vibrar el suelo más firme. Un edificio de oficinas puede ser una buena opción, principalmente si solo vas a currar por las tarde-noches. Definitivamente la peor elección es un edificio de vivienda. Más adelante te lo explicaremos.

2- Dimensiones:

Si tu intención es tener una sala de grabación con 30 metros cuadrados y un control con 20 metros cuadrados, por poner un ejemplo de áreas relativamente comunes en estos días, tiene en cuenta que las paredes y los techos no son de papel y que el tratamiento acústico nos es una pintura mágica. Por lo tanto un local de 80m2, no te quedará grande, ya que es una buena idea (obligatorio por ley) tener un servicio – a menos que llegues a un acuerdo con la cafetería de al lado – y también conviene tener un recibidor para que tus clientes o amigos puedan dejar las chaquetas.

En resumen, tienes que tener claro que si necesitas de un control de 20m2, consumirás, por lo menos, otros diez en el aislamiento y la acústica interna. Y esta regla se aplica a cualquiera de las salas de trabajo en el estudio. Con el pié derecho del local pasa lo mismo: invariablemente tendrás que flotar el suelo y suspender el techo y te quedarás con 50cm menos en tu altura disponible. Por eso cualquier local que tenga menos de 3 metros, NO VALE! Hazme caso.

3- Carga:

Has de observar que según a lo que te dediques – música con instrumentos acústicos, electro-acústicos o eléctricos, publicidad, mezcla de cine o grabación de foleys – el aislamiento es tu primero problema a resolver y, para eso, solo hay tres formas de darle solución o una forma híbrida de las tres.

a) Una de ellas es mantener la distancia suficiente entre todas las salas de tu estudio, pero eso puede significar un gasto absurdo de espacio útil. Te doy un ejemplo: una puerta acústica industrial que proporciona una reducción de unos 40dBA, cuando puesta delante de otra igual, con un espacio entre ellas de unos 10cm, constituye un sistema de puertas cuya atenuación no excederá los 46dBA. Sin embargo, si las colocas a una distancia de 1 metro o 2 metros, consigues un aislamiento de unos 80dBA, siempre que las paredes donde se hayan montadas no sean un punto débil del sistema. Aún sabiendo esto, no es práctico dejar metros de espacio entre salas.

b) Otra posibilidad es utilizar materiales muy rígidos. Los materiales muy rígidos, que no vibran con el espectro frecuencial de la música, tienen un comportamiento, acústicamente hablando, similar al de un espejo. Esto significa que toda la energía producida dentro de un espacio con techo, suelo y paredes muy rígidas tenderá a crear modos resonantes muy determinados (de acuerdo con sus dimensiones) que, por consiguiente, causarán una coloración inaceptable e incontrolable en el sonido percibido.

c) La masa es otra característica importante de un buen sistema de aislamiento, pero tiene como principal inconveniente las limitaciones impuestas por las cargas admisibles en suelos y techos. En un edificio de viviendas, las cargas admisibles suelen ser más bien modestas, mientras que en naves industriales las placas están reforzadas para admitir el paso de vehículos de grandes dimensiones y peso. Sin embargo, la mejor opción es siempre “tener los pies en el suelo”. O sea la alternativa de montar el estudio en suelo firme es SIEMPRE la mejor, pues significa menos compromisos con problemas de carga admisible por metro cuadrado.

d) Por consiguiente un sistema híbrido, a base de materiales blandos y pesados, mezclados con materiales porosos y absorbentes que mantienen las distancias entre los varios elementos constructivos, suele dar buenos resultados en la mayoría de los casos. Planchas de cartón-yeso, membranas visco-elásticas, lanas minerales, estructuras de madera o suelos flotados de compuestos de madera y cementos, pueden garantizar excelentes resultados en locales donde las soleras de hormigón flotadas o las paredes de bloque, flotadas sobre goma, son una elección imposible.

4- Suministro Eléctrico:

Es muy importante tener claro que tu nuevo local esté preparado con un buen suministro de corriente (trifásico a poder ser) o que, por lo menos, lo puedas solicitar en caso de necesidad. La práctica más adecuada es mantener la fase dedicada al Audio, totalmente separada de las restantes que se destinan a ventilación, calefacción y alumbrado, o fuerza en los pasillos para limpieza. La utilización de un neutro, por lo menos con la misma sección de cable que las fases es muy recomendable, aún que el electricista de turno te pueda decir todo lo contrario. Si tu local se ubica en un bajo de un edificio, asegúrate que eres el primero en recibir el reparto de corriente, para que no te la ensucien con lo que las lavadoras, lava-vajillas, máquinas de aire acondicionado u otros electrodomésticos suelen devolver a la red eléctrica.

5- Ventilación:

La ventilación – no confundir con el aire-acondicionado – es un tema de enorme relevancia. Sin aire NO se respira. Por lo tanto, nuestro local tiene que estar capacitado para que podamos recoger aire, más o menos limpio, fuera del edificio, a través de un agujero en la pared y devolverlo a la calle, a través de otro agujero colocado, por lo menos, a 5 metros del de la entrada, de forma a evitar corto circuitos.

Los sistemas más recomendables son los de impulsión de aire, con salida pasiva o de caudal inferior, para poder garantizar la sobre-presión en las salas, de forma a evitar la entrada de polvo. La ventilación puede ser climatizada con la ayuda de bombas de frio y de calor, evitando la utilización de los sistemas convencionales de aire-acondicionado.

Para cada sala debe haber un ventilador independiente, utilizando tubos de sección circular para optimizar la aerodinámica, debiendo evitarse la utilización de plenos que acabarían interconectando los varios espacios, disminuyendo el aislamiento entre ellos. Mejor aerodinámica=más eficiencia=menos gasto de corriente y, además, menor ruido de ventilación.

 

Artículo de Sergio Castro (Reflexion Arts), Julio 2014